Lo que este humilde servidor os trae hoy es una
crónica, un análisis, una guía lo más completa posible —sin llegar a destripar nada— que os acerque al único evento otaku del País Vasco: el Salón del Manga de Getxo. Cabe destacar que soy nuevo en
esto de hacer de reportero, así que si no me ha salido bien, achaquémoslo a que
“era mi primer día”, que es una excusa que nunca pasa de moda. ¡Empecemos!
2012/12/09
Salón del Manga de Getxo 2012
Ser bilbaíno es muy duro, os lo digo yo. Sí, eres un
superhombre —o supermujer, no discriminemos a nadie— con una fuerza,
resistencia, atractivo físico e intelecto muy superior al de tus congéneres;
tienes dotes y capacidades que superan la imaginación de un simple mortal —aunque
no siempre lo mostremos al público— y, por si fuera poco, eres capaz de chocar
los cinco con un swag que ralla —por
no decir que supera— la perfección, pero todo tiene su lado negativo. Los
bilbaínos, aunque tremendamente poderosos, somos pocos y, aunque no os lo
creáis, muy modestos. Tan modestos somos que
la gente de fuera pocas veces se para a visitarnos si no es para fisgar en el
Guggenheim o para sacarse fotos con Puppy, la encantadora mascota de dicho museo, pensando
que eso es todo lo que Bilbao puede ofrecerles. Esta idea errónea deriva en que
todo lo que hacemos u organizamos dentro de nuestras fronteras acaba relegado a
un segundo plano a nivel nacional y a un quinto o sexto como mínimo en el
ámbito internacional. Por eso, el anuncio de una nueva convención de cómic y
manga, humilde como lo es la nuestra, no suele ser algo que trascienda al
exterior de la misma manera que lo hacen el Expomanga de Madrid o el Salón del
Manga de Barcelona. Pero existe, está ahí, y nuestro deber como bilbaínos, o
incluso como vascos en general, es apoyarlo y disfrutar de lo que se nos
ofrece. Porque nosotros también tenemos derecho a disfrutar de nuestros hobbies
otakus y, qué demonios, darnos un arrebato consumista de vez en cuando.
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