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2016/06/05

La materialización de un sueño - El grupo Domak: Los siete puntos

Como diría el tipo que sale al principio de todos los juegos de Pokémon, “la tecnología avanza que es una barbaridad”. Hace años, los escritores vivían bajo el cruel yugo de las editoriales: si ellas no te publicaban, tu obra no veía la luz. Así de simple. Tus incansables esfuerzos se iban por el sumidero y tu manuscrito se iba con ellos, porque la distribución era costosa y, obviamente, no estaba al alcance de cualquiera. Pero los tiempos han cambiado. Hoy en día, tenemos Internet. Cualquier hijo de vecino con una biblioteca cerca puede escribir y publicar su obra en Internet, dejándola así al alcance de cualquiera. Los ebooks nos permiten distribuirla de manera sencilla sin dejar de ganar dinero con ello, aunque sea una cifra simbólica. Y, por si fuera poco, últimamente se ha extendido un nuevo método de financiación para que proyectos pequeños e independientes —y ciertos proyectos ni tan pequeños ni tan independientes—, de otra forma abocados al fracaso, lleguen a ver la luz del día: el crowdfunding.

Este último es el recurso por el que optó Luzco Lumaga, nombre artístico de la uruguaya Lucía Martínez Galdona. Lumaga es una ilustradora espectacular —y trabaja además como artista conceptual de videojuegos y como animadora, entre tantas otras cosas—, pero siempre tuvo la ilusión de adentrarse en el mundo de la literatura. Hace ya unos 8 años que la sigo (¡e incluso ella llegó a seguirme a mí también en su momento!) y sé de primera mano lo mucho que se ha volcado siempre en sus proyectos personales, a pesar de que, a primera vista, parezcan condenados a no llegar a ningún sitio. Por eso, cuando oí que buscaba financiación para poder autopublicar su primer libro, me dije a mí mismo que le debía al menos un granito de arena a cambio de todo el maravilloso arte que ella me había brindado a mí a lo largo de los años.

Lumaga comenzó una campaña de Indiegogo para financiar la publicación del que es el primer libro de una tetralogía que escribió hace ya años: El grupo Domak. No pude aportar mucho dinero a la causa, pero sí lo suficiente como para recibir una copia física del libro en mi casa; la primera que llegó a España, de hecho. Sin embargo, más que el libro en sí, lo mejor que me dio esa campaña fue la oportunidad de hablar con Lumaga. A ella le fui comentando mis impresiones mientras leía, y a ella le pedí permiso para escribir una reseña de su primer libro en este blog.

Ahora, con su beneplácito, empecemos.