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2011/01/27

Novela picaresca: El Lazarillo de Tormes

  El Lazarillo de Tormes. Uno de esos libros que tan tabú nos pueden parecer, sobre todo si antes nos hemos tenido que tragar "joyitas" como La Celestina. El problema es que después de leer algunos clásicos de la literatura, les cogemos tirria a los demás por lo coñazo que fueron los primeros. Pero creedme, si lo cogéis sin prejuicios, El Lazarillo de Tormes (o "La vida de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades", su título real) es un libro fantástico.

  Por contarlo de manera escueta, El Lazarillo de Tormes es un libro que relata la vida de Lázaro, un niño de Salamanca que es cedido a un ciego por su madre para servirle. Sin embargo, debido a todas las perradas que el ciego le hace (aunque todas sean por su bien... o al menos la mayoría) Lázaro acaba hartándose de él y le deja tirado. Lázaro relata también lo que vivió con sus otros 6 amos, a saber: un clérigo que lo mata de hambre, un escudero al que debe mantener, un fraile malo en general (este capítulo fue censurado casi en su totalidad por ser muy anticlerical), un buldero, un capellán y un alguacil. Es muy entretenido, sobre todo el capítulo del ciego y el del escudero, ya que el resto, quitando el del clérigo, son muy cortitos.

  Hablando de eso, una de las cosas que más impacta del Lazarillo es su longitud. Si lo comparamos con otros clásicos, éste es corto. Ridículamente corto. Sin embargo, esto lo veo como un aliciente; tiene una longitud perfecta, ya que alargarlo más de lo necesario habría sido un grave error. Ahí tenemos a la ya citada reina del sopor, cuyas explicaciones se alargan hasta el más profundo tedio, haciendo, en la mayoría de los casos, que perdamos todo el interés por la obra en cuestión, especialmente al principio, ya que lo que se cuenta ahí es totalmente inútil, o dicho de otra forma, un WTF como una casa. Y es por eso que leer el Lazarillo se hace tan agradable y ameno... excepto en los llamados "añadidos de la edición de Alcalá", que cuentan cosas que, a mi parecer, sobran y son innecesarias. Sólo se salvan un par de ellas, que dan alguna puntualización curiosa, como el final del pobre ciego, que se cuenta cerca del final. Estos se distinguen por ser añadidos de unas pocas líneas, aunque los hay que se extienden varias páginas.

  El punto más fuerte del Lazarillo es su ritmo ágil. Se lee bien, es fácil de entender y las notas a pie de página son para explicar palabras, no conceptos larguísimos. Es entretenido, ya que no se para a describir más que lo justo y necesario, y eso hace que uno no pierda interés. Las conversaciones son escuetas, y se centran en lo importante; nada de saludos estúpidos ni demás chorriflauteces. La verdad, siempre se agradecen cositas como éstas.

  Si bien es cierto que podemos encontrar versiones más o menos actuales, la que yo he leído, que estaba muy bien, conservaba un castellano antiguo. Por suerte, no lo era tanto como otras obras del mismo calibre, así que se entiende sin problemas. Pero, obviamente, si podéis encontrar una versión de castellano de hoy en día, de puñetera madre, que diría el otro.

  En definitiva, esta joyita llamada Lazarillo de Tormes es un libro que no podéis dejar de leer aquellos que gustéis de leer aventuras curiosas, divertidas y muy bien planteadas. Total, no os queda otra; si estudiáis bachillerato, os obligan a leerla... XDD

PD: En efecto, ¡ahora marco palabras! Asín de molongui soy.

2011/01/21

Historia del "arte"

  No, nunca me lo había planteado antes, pero ya que me lo sugirieron, voy a contaros cómo comencé en la pintura y el dibujo, para que me conozcáis un poquillo mejor… aunque no queráis x)
  No os voy a mentir: a mí no me gustaba dibujar. Para nada. Como suelo decir, respetaba el hobby pero no lo compartía. Pero las amistades hacen mucho. Tanto, que por conseguir que un amigo dejase de darme por el culo con que me apuntara con él a pintura, decidí hacerlo. Y bueno, hasta hoy.
  El comienzo fue bien. No fantástico, pero bien. Las clases se me hacían amenas, por mucho que los compañeros que la conocían dijeran que una profesora llamada Raquel era mucho mejor que Nuria, la profesora que nos tocó. No la conocía y no podía opinar, pero siempre pensaré que Nuria lo hace estupendamente.
  Sin embargo, poco a poco fui cogiéndole el gusto. Eso de hacer dibujitos, a medida que daba clases, empezaba a molar. El buen ambiente que había en clase también ayudaba. Cabe destacar que no sólo las clases de pintura influyeron en mí. Una parte, por no decir la grandísima mayoría, se la debo al mejor profesor que he tenido jamás: Juan Carlos.
  Juan Carlos no fue un profesor de pintura, pero sí lo fue de todo lo demás. Fue nuestro profesor durante 5º y 6º de primaria. No nos daba arte, ni plástica, ni nada por el estilo. En realidad, sus asignaturas eran Euskera, Lengua, Matemáticas… Menos Inglés y Ciencias, de todo. ¡Incluso dimos Gimnasia con él una vez! Entonces, ¿por qué fue él tan importante en mi vida artística, si es que a eso que hago yo puede llamársele arte?
 Juan Carlos tenía algo que ningún profesor mío había tenido o tendría. Juan Carlos adoraba pintar, y nos transmitía ese gusto a sus alumnos. Nuestros cuadernos están llenos de dibujos a todo color. Nosotros dibujábamos en el cuaderno lo que él nos dibujaba en la pizarra, pero siempre tenía relación con el tema. A veces eran dibujos de los que venían en el libro, por decorar el cuaderno. Otras veces, eran dibujos instructivos. Incluso algunas veces no eran más que simples separadores o pequeños mosaicos para decorar. La cosa es que esperaba esos momentos como agua de mayo. A muchos de mis compañeros no les gustaba, pero cuando terminó mi primer curso con él ya me encantaba dibujar. Es asombroso.
  Llegó 6º de primaria, y con el nuevo curso, muchas cosas cambiaron. Las clases de pintura se alargaron media hora, los dibujos en clase con Juan Carlos eran más pequeños pero los hacíamos más a menudo, y por fin conocí a esa tal Raquel. Y debo decir que todo lo que dijeran era poco. A día de hoy, no he dejado de dar clase con ella y no me podía haber tocado una profesora mejor. Entre otras muchas cosas, porque este bichejo que tengo a mi lado mientras escribo estas líneas, cuyo nombre es Ditto, no estaría aquí de no ser por ella. Ya lo he comentado varias veces, pero Ditto es hijo y hermano, respectivamente, de las dos perras de Raquel. ¿Qué habría pasado de no haber aceptado ir a clases de pintura aquella vez? ¿Tendría perro, sabiendo que lo conseguí gracias a una bien tramada estratagema junto a ella? ¿Conocería a toda la gente que conozco ahora, sabiendo que los conocí gracias a la sección Firmeros de EPNDS? ¿Estaría ahora dando Anatomía mientras me cago en los pantalones por culpa de mi hemofobia en vez de estar estudiando Dibujo Técnico? Son muchas preguntas, y no puedo imaginar cómo sería mi vida. Puede que mejor, pero no quiero saberlo. Soy un friki feliz :3
A partir de entonces, probé muchas cosas diferentes. Empecé a pintar cuadros, me metí en el mundo del Photoshop, conocí a gente genial y me inspiró para enfilar mi vida a intentar llegar a trabajar en el mundo del videojuego en algún tema relacionado al arte. Todo esto me llevó al manga, a darme cuenta de las estupideces de la juventud actual y por tanto, a evitar una gran parte de ellas, y a muchas otras cosas que hoy considero beneficiosas. Cierto es también que ponerme a dibujar en medio de clase no me hace demasiado bien, pero en fin, ¡nadie es perfecto! LOL
  Terminaré hablando un poco sobre mi en el tema del dibujo y arte en general. Dibujar, dibujo de todo, pero sobre todo manga. Eso sí, tengo un montón de dibujos de todos los estilos que me molan aunque sean viejunos. Animales, paisajes, retratos… Y de todos los materiales, desde simple lápiz a óleos, pasando por rotuladores, sanguina, ceras, acuarela… Vamos, que con cualquier cosa que manche me pongo a dibujar xDDD Respecto a otros aspectos, me gusta el diseño gráfico aunque haga tiempo que no lo toco. Me van las firmas oscuras, soy un adorador del clippin mask y mis brushes favoritos son los splatter y los abstractos. Odio hacer firmas con renders de gente; por bueno que sea el resultado, el negro supergangsta jode todo el trabajo y la compo. Los stocks se me resisten, pero cuando me inspiro consigo lo que a mi parecer son buenos resultados. La Impact será siempre mi Font favorita y sigo pensando que necesito una firma de GetBackers en condiciones aunque ya no esté en ningún foro xDDD
  Creo que ya no tengo nada más que contar. El resto son sólo extras de lo que ya he contado, y ya me he alargado demasiado con esta entrada. Espero que os haya resultado ameno de leer y me hayáis podido conocer algo mejor. Se lo dedico a Capi, que fue ella la que me pidió que hablara sobre esto por Twitter, aunque más bien fui yo quien le exiji-pidió que me diera un tema LOL Sin más, me despido hasta la próxima (Que supongo que será la segunda parte de mi horrible primera semana de trimestre). Sed buenos y

Salu2!

2011/01/14

5 días de oscuridad: 1ª parte

Creo que esta semana ha sido una de las más estresantes de mi vida. Fue volver a clase y empezar mis problemas. Si es que no me puedo poner enfermo tres días, coño.
Todo empezó, cómo no, un lunes; más concretamente, el 10 de enero. Algunos de los últimos días antes de las vacaciones los pasé enfermo con fuertes dolores de tripa y cabeza, además de algunos mareos e incluso una vomitona. Esto provocó que me perdiera algunas clases, y como sabía que las vacaciones se acercaban, quería saber si había exámenes a la vista o trabajos que hacer para aprovechar las Navidades y ahorrarme curro durante el curso. Además, reconozco que desde que empezó el segundo trimestre no me esforcé los suficiente y llevaba algunos suspensos encima, así que tenía la firme idea de arreglar eso. Pregunté a varias personas antes de las vacaciones, incluso durante ellas, y lo máximo que saqué en claro fue que había un examen de Lengua el primer martes y un trabajo que hacer para el segundo martes. Pero se ve que no puedo fiarme de nadie; ya el primer día me pidieron un trabajo de Biología del que no tenía ni constancia. Un trabajo largo, difícil y que me iba a costar hacer ya que trataba sobre un experimento que yo no hice. Ya que no todos lo habían entregado, me dieron un día más. UN DÍA. Maldita casualidad que los lunes tengo clase de 8 de la mañana a 7 y media de la tarde, con sólo 2 horas de descanso en total. ¿Conclusión? Tuve que usar la media hora para comer y la hora entre la clase de euskera y la de chino para estudiar Lengua para el día siguiente, y el recreo y el resto de la noche para hacer el trabajo. Buscando información como un descosido, escribiendo hojas de informe y pasando a limpio. Acabé sobre las 3 y media de la madrugada, con sólo 3 horas y media para dormir. Pero prácticamente no pude; no había comido ni cenado, y las tripas me rugían. Acabé teniendo que comer lo que encontré por la nevera hasta que me dejó de sonar la tripa. Para entonces eran ya las 4. Sólo me quedaban 3 horas para dormir y al día siguiente tenía un importante y difícil examen de Lengua. Me salvó el haber dormido de más el último fin de semana; de otra manera, dudo que hubiera podido ni siquiera levantarme.

Eso es todo por esta vez, ya os iré contando el resto (si es que alguien lee esto alguna vez...). La segunda parte la podéis encontrar ->aquí<-.

salu2! :3

2011/01/12

Oppai-peya - Golden Boy


Todo el mundo tiene una afición. Algunos iluminados tienen el don de descubrir sus hobbies ya desde muy jovencitos y los explotan al máximo desde el principio; otros, por el contrario, tardamos años en descubrir qué es lo que realmente nos gusta. Nunca sabes qué es lo que te depara el futuro, cómo cambiaréis tú y tus gustos, pero, en mi opinión, tampoco es un tema del que preocuparse. Hay que disfrutar y vivir cada afición como si fuese la primera y la última, y llevarse buenos recuerdos de ella. Eso es, para mí, disfrutar el momento.

Póster promocional de Golden Boy. Ya se ve por dónde van los tiros.
A día de hoy, yo me considero lo que muchos denominarían “friki”, aunque los que son como yo prefieren el término “otaku”. Llevo viendo anime toda la vida, pero, sinceramente, nunca había interiorizado el concepto de anime hasta que no vi Dragon Ball Z por enésima vez, ya algo más mayorcito. Por alguna razón que ahora mismo no recuerdo, me dio por investigar acerca del tema. Descubrí que, ¡oh, qué curioso!, estaba basado en un cómic japonés. “Interesante”, pensé. Pero ahí se quedó todo. Aunque, por lo menos, ya sabía de qué leches iba el tema y las palabras “anime” y “manga” no me sonaban a chino, sino a japonés. (Éste es oficialmente el primer chiste malo de mi blog. Bienvenidos a Soul Swallow.)

Primer plano de Kintarou Oe, nuestro protagonista, en uno de sus momentos de lucidez y normalidad...
Cuando realmente comencé a interesarme por el mundillo fue cuando en el canal de televisión español Cuatro comenzaron a emitir Naruto, aunque suene mucho a cliché. De nuevo, comprobé que procedía de un cómic japonés, y me dio por sumergirme más en el tema y ver de qué trataba todo aquello. Poco a poco, paso a paso, fui descubriendo más y más cosas acerca del manganime. Sin embargo, no me consideré otaku de verdad hasta que, por fin, superé mi escepticismo y comencé a ver anime por mi cuenta en vez de limitarme a buscarlo desesperadamente en la televisión.

...que, como pronto veremos, ni son abundantes ni duran demasiado.
Mi viejo amigo Costa fue quien me obligó a dejar de hacer el imbécil y ponerme a hacer el otaku en serio. Siguiendo sus recomendaciones, y tirando de streaming online, vi y disfruté como un enano de Death Note (en perfecto castellano, por supuesto). Tantísimo me gusto la experiencia que, aún a día de hoy, es uno de los animes que recuerdo con más cariño; entre otras cosas, porque fue el primero que vi de cabo a rabo por Internet, metiéndome entre pecho y espalda varios capítulos al día. Sin embargo, hay otro anime que guardo en un sitio muy especial dentro de mi memoria: el primer anime que vi por iniciativa propia. Mi primera apuesta, mi primer paso hacia una nueva parte de mí. Mi primer éxito. Golden Boy.

No estamos ante un anime que nos cuenta las desgracias que le pasan a un joven trabajador: algunas veces, aunque no sea abundante, también disfrutaremos viendo cómo la suerte le sonríe.
"Kintarou Oe, de 25 años, (¡APRENDOAPRENDOAPRENDO!) ha abandonado la Universidad de Derecho de Tokio (¡APRENDOAPRENDOAPRENDO!), pero sólo porque ha aprendido todo lo que la universidad le podía ofrecer (¡APRENDOAPRENDOAPRENDO!). Desde entonces, vuela de trabajar en trabajo con el objetivo de aprender en la escuela de la vida (¡APRENDOAPRENDOAPRENDO!). Recorre todo Japón en su fiel Mikasuki. No lo olvidéis (¡APRENDOAPRENDOAPRENDO!), en un día no muy lejano, este joven normal y corriente salvará a Japón... y al mundo entero."

Kintarou Oe es un curioso personaje casi esperpéntico al que se acaba cogiendo cariño aunque sea difícil identificarse con él.
Con esta premisa (bastante chocante, por cierto) se presenta al público este anime tan curioso llamado Golden Boy. Como ya supondréis, el protagonista es Kintarou Oe, un alumno brillante que terminó su carrera universitaria antes de tiempo y, aburrido de ello, se fue a ver mundo y a aprender por su cuenta sin siquiera graduarse. En este anime de 6 OVAs de duración, Kintarou viajará por todo Japón, encontrándose sumergido en atípicas situaciones, trabajando en multitud de lugares y, por supuesto, conociendo a espectaculares mujeres por el camino. Kintarou es muy inteligente, dedicado y trabajador, pero reconozcámoslo: es torpe, tiene un sexto sentido para meterse en líos y no sabe controlar sus revoltosas hormonas. Sus jefes tan pronto se enfadan con él como lo felicitan por su gran trabajo, y cabe destacar que sus jefes suelen ser esas féminas tan explosivas de las que os hablaba, lo cual vuelve loco al pobre Kintarou en más de un sentido.

El 50% del carisma de Golden Boy radica en las caras de Kintarou.
Golden Boy es una serie corta que puede verse en una tarde (o una mañana, en mi caso). Sin embargo, a pesar de su reducida duración, engancha, ya que rebosa humor por todos los poros y las reacciones de Kintarou hacen reír más de una vez. Los personajes cambian en cada capítulo, así que cada uno es una historia independiente y totalmente ajena al resto: el único factor común es el gusto de Oe por los retretes de las mujeres con las que se encuentra (xD). Aunque data del 96, Golden Boy se mantiene fresca y actual gracias a sus situaciones absurdas y en muchos casos subidas de tono, que le confieren un encanto atemporal.

Los momentos subidos de tono no sólo se limitan a planos como éstos.
Un factor ya menos atemporal es el multimedia, ése que tan y tan mal se me da comentar. De todos modos, es imposible no apreciar al ver Golden Boy que no se trata de una serie precisamente moderna: las animaciones lucen antiguas y, desde luego, no son tan resultonas como las que estamos acostumbrados a ver hoy en día ni de lejos; pero, a pesar de todo, los detalles están muy cuidados y se nota un esfuerzo especial en definir las demencialmente graciosas expresiones de Kintarou en cualquier tipo de situación o, por qué no decirlo, las diabólicas curvas de los cuerpos de las mujeres con las que nuestro protagonista se encuentra. Además, hay ciertas escenas que quizás no deberían ver vuestros hermanos pequeños. …A menos que queráis instruirles en el delicioso mundo de la perversión ya desde jovencitos, por supuesto.

El manga es "algo" más explícita que el anime.
Como suele ocurrirme, y más cuando era un inepto pipiolín recién estrenado en esto de ver anime, no me fijé demasiado en la banda sonora de la serie. Sin embargo, queriendo rememorar algunas de las sensaciones que Golden Boy produjo en mí, me dirigí a YouTube y busqué algunas de las melodías de la banda sonora. Y he de decir que, aunque no es asombrosa, sí que es muy agradable y combina muy bien con diferentes momentos del anime. Mención especial al opening, que nos hace creer que estamos ante un anime serio cuando lo más serio que nos vamos a encontrar es la dedicación con la que Kintarou monta en su Mikasuki (xD). Por cierto, mención especial al doblaje, que me encantó; especialmente la expresividad de la voz de Kintarou, que se adapta perfectamente a las diferentes situaciones que el pobre tiene que afrontar.

Opening de Golden Boy.

Golden Boy tiene la curiosa cualidad de la ambigüedad: su punto fuerte es, al mismo tiempo, su debilidad. Por un lado, como ya he dicho, la serie cuenta con un total de 6 OVAs que pueden verse tranquilamente una detrás de la otra en un solo día. Sin embargo, y aunque está claro que no es fácil inventar argumentos como los de la serie y que probablemente se vería muy forzada de ser más extensa, nos quedamos con muchas ganas de más (aunque el manga original consta de diez tomos, así que algo más de chicha sí que se le podría sacar). Kintarou es un obseso adorable del que uno nunca se cansa, y muchos daríamos lo que fuera por más momentos épicos como los que nos ofrecen los seis capítulos de los que consta Golden Boy.

Ending de Golden Boy.

Como final y opinión personal, diré que nos encontramos ante una serie excelente que, gracias a su brevedad, se puede ver de nuevo en cualquier momento y que deja un genial sabor de boca, sobre todo el final de los capítulos por razones que no voy a desvelar. Quizás influya en mi juicio, pero al ser el primer anime que vi descargado de Internet, le tengo un cariño especial. En conclusión, Golden Boy es un anime que, mientras os dure, al menos, os hará pasarlo como a críos y que, desde luego, merece la pena ver una vez en la vida. Las mejores esencias vienen en frascos pequeños, que se suele decir.

Ficha técnica:
Título: Golden Boy
 (ゴールデンボーイ)
Categoría: OVA - Animación manga
Género: Comedia, ecchi
Año: 1995
Duración: 25-30 mins. aprox. por capítulo
Guión: Hiroyuki Kitakubo
Estudio: Production I.G
País de origen: Japón 
En España: Sí

Lo mejor:
-Kintarou le da un toque de picardía (y perversión) a la serie que le viene muy, muy bien.
-El toque ecchi gustará a muchos.
-Un doblaje genial.

Lo peor:
-Quizás algunas escenas sean muy explícitas.
-Da la impresión de ser demasiado corta y nos deja con ganas de más. Aunque siempre nos queda el manga…

Nota global: 9
Bueno, éste ha sido mi primer artículo. Espero que se os haya hecho amena la lectura y que, si no la habéis visto ya, os haya picado la curiosidad y le deis una oportunidad a Golden Boy. Dejad vuestros comentarios si queréis, las críticas son siempre bienvenidas. :3c~

Resurgiendo

¡Buenas, poca gente que leerá esto! Podéis llamarme miga, por ese nombre me conoce el 90% de la gente en la red. Después de ver a tanta gente con blogs, no me he podido resistir y quiero probarlo. Es posible que lo deje; no voy a mentir. Pero la verdad es que me parece algo bastante entretenido. Aunque no me lo tomaré como algo vital, procuraré colocar artículos de cuándo en cuándo, a poder ser al menos uno por semana. Si os preguntáis de qué irá el blog... Bueno, hablaré de lo que me apetezca en general (xDDD). La cosa es escribir, que entre otras cosas es lo que debo mejorar: en esencia, el problema es que no sé explicarme. Además, si veo que me gusta esto, procuraré hacer un logo y tal pascual, por adornar la página un poquillo.
Bueno, bienvenidos a Soul Swallow, blog nombrado en homenaje a un viejo proyecto. Creamos un blog con este nombre y bueno, me hacía ilu recuperarlo. Es estúpido, pero es así.

¡Pasadlo bien!