“Felicidades. Has alcanzado la mayoría de edad. Toda una infancia soñando con ser adulto; infancia que, ahora, llega a su fin. Ya eres un hombre, una persona de pleno derecho, de la que nadie debería tener que hacerse cargo. Responsable, independiente, preparado para la vida. Ahora deberás dejar de lado esas tonterías que solías hacer y centrarte. Se acabó el tiempo de ser un niño y de hacer el loco por ahí. Has pasado de joven adulto a adulto joven, con todo lo que ello conlleva. Bienvenido al cruel mundo real, y recuerda que ahora puedes ir a la cárcel.”
Me he tomado la libertad de condensar en 100 palabras lo que la gente lleva años diciendo acerca de tu mayoría de edad, y que ahora repiten insaciablemente en cuanto surge la mínima ocasión. Te gustaría volver a ser un niño sólo por dejar de escuchar tanta chorrada junta, lo sé, pero hay que apechugar, chavalote. Pero, ¿te has parado a pensarlo en serio? Yo creo que no, y lo sé mejor que nadie. Te habla esa vocecilla a la que, hasta ahora, nunca escuchabas. Puedes llamarme Conciencia, si gustas. Encantado de conocerte, Gabriel Fiallegas; lo mío me ha costado.
Hagamos un repaso de tu vida. Naciste el 16 de marzo de 1994. Lo único destacable es que naciste por cesárea por estar dado la vuelta, literalmente sentado. Toma ya, eras raro hasta antes de nacer. Y menuda cicatriz le dejaste a tu pobre madre: sus historias cuentan que el doctor allí presente proclamó triunfante que “había nacido un panocho” y que traías a las enfermeras loquitas de lo mono que eras. Creo que perdiste ese magnetismo con las mujeres aquel mismo año. En fin, ya sabes que mamá exagera todo lo referido a ti, sea bueno o sea malo.
Ya demostrabas torpeza y cabezonería desde pequeño, además de unos niveles de repelencia superiores a la media. Traías a tus padres de cabeza, ¿eh? Berreabas como una bestia por las noches, lanzabas los biberones por ahí, tardaste muchísimo en hablar y andar, desobedecías por vicio, te castigaban en el colegio a diario… E incluso tuviste una etapa en la que odiabas a tu madre y a tu abuela, con lo que ellas te quieren. Llamar a una abuela “vieja inculta” no está nada bien, y nunca le has pedido perdón. Por no hablar de que no dabas una a derechas.
Luego pasaste a primaria y, mágicamente, te centraste; puede que sea debido a que aprendiste a leer, lo cual parecía ser tu más ferviente deseo. Descubriste que, al menos, había algo que se te daba bien: eras uno de los más listos de tu clase, y sólo dos personas te hacían sombra. Fue agradable destacar por fin en algún aspecto en vez de no ser más que un segundón inútil, aunque ser un “empollón” no ayudó a que te socializases. En aquel momento, el único amigo de verdad que tenías era Asier, pero tenías que compartirlo demasiado. Y dolía mucho.
Asier Rodríguez Murua. Tres palabras que, aún hoy, te evocan infinidad de recuerdos. Tras ellas se esconde una amistad que ha durado años y años y que aún hoy se mantiene, aunque en menor grado; por desgracia para ti, Asier se ha cambiado de escuela este año y apenas le ves ya. Aún así, procura no perder jamás su amistad. Ya sabes lo que duele perder a un mejor amigo; te ha pasado varias veces. Julen, Cabado, y por qué no decirlo, Fígaro. Todos han desaparecido de tu vida, y tus sentimientos hacia ellos difieren. No, por favor, no llores.
Son tres perdidas que dolieron muchísimo. Te separaste de Julen enfadado con él y nunca pudiste pedirle perdón. Se fue y no volvisteis a hablar. No pudisteis. Cabado, tocayo de Rodríguez, decidió un día no hablarte. Era tu mejor amigo, y él lo sabía. ¡Si se lo habías dicho mil veces! Ni siquiera yo sé qué pasó para que te dijese “ya no quiero hablar contigo” de un día para otro, sin darte ninguna explicación. Pero no volvisteis a hablar jamás. Y Fígaro… Bueno, diré simplemente que matarías a quien dijese que perder a una mascota no duele, ¿me equivoco?
Aunque bueno, no todo fue malo, ¿no? El colegio tuvo sus cosas buenas. Seguías siendo bastante retraído, pero conociste a uno de tus modelos a seguir. De hecho, es tan recurrente que ya has hablado de él incontables veces en el pasado. Fue casi tu guía espiritual. Juan Carlos. Probablemente, el nombre compuesto más importante de tu vida. Mentor, maestro, inspiración viviente. Aquel que avivó pasiones que, hoy en día, siguen palpitando dentro de ti con fuerza. Deberías ir y agradecerle algún día todo lo que hizo por ti y toda la ayuda que te brindó. Fue un profesor genial.
Supongo que no está de más mencionar tu prácticamente nula vida amorosa antes de pasar a tus andanzas en el instituto. Sólo ha habido dos retazos de amor en estos dieciocho años que llevas en el mundo. El primero vino a los… ¿Seis, siete años? Es tan estúpido que casi da vergüenza mencionarlo. Una chica preciosa, pura e intachable se acercó a ti y te pidió que fueses su novio ya que le gustabas mucho. Pero no quisiste herir a Asier, a quien esa chica le gustaba, y le dijiste que no, que “no te querías casar nunca”. Menudo imbécil.
A veces pienso que eres tan bueno que eres tonto de remate. Esa chica te gustaba mucho. Muchísimo. ¿Por qué le dijiste que no sólo porque pensabas que le haría daño a tu amigo? ¡Si se le veía encantado! Luego pasaste años lamentándolo, y con razón. ¿Recuerdas aquel sueño que tuviste a los doce años, ése en el que estabas con ella y que reanimó un amor que creías ya extinto? ¿Recuerdas cuánto tardaste en volver a superarlo? Y pensar que podrías haberlo solucionado con un simple “sí”... Si es que no das una a derechas, te lo tengo dicho.
Como tú bien dices, eso no es más que una anécdota graciosa; eras tan joven que aquello no cuenta para nada. Y, para el caso, la relación con la otra chica a la que le has gustado también puede reducirse a anecdótica. ¿Cómo puede empezar a gustarte una chica a la que ni siquiera has visto en persona, y más habiendo hablado tan poco con ella? Sí, lo sé; te van las chicas o muy dulces o con mala leche, pero es que es ridículo. Y que ella te confesase que le gustabas tampoco ayudó. Toma combinado de amores imposibles.
Entraste en el instituto y no estabas preparado en absoluto. Una manada de nuevos compañeros que, por qué no decirlo, te intimidaban muchísimo. Demasiada nueva gente con la que tratar, aunque ahora varios se hayan convertido en algunos de tus mejores amigos: Alberto, Iván, Eder, y, sobre todo, Jon Benjamín Rábago Ruiz. ¡Menudo personaje! Lo vuestro empezó como una relación de amor-odio y así se ha mantenido durante estos seis años, y todo porque nació un día antes que tú. Pero reconoce que ese irritante sabelotodo ha acabado convirtiéndose en tu mejor amigo. Y, si fueses valiente, se lo dirías.
Tus notas bajaron y llegaste al nivel de la prole. Algo estaba constriñéndote el pecho y haciendo que no sacases lo mejor de ti. El nerviosismo te carcomía. Ese lugar te daba un miedo infernal, ¿verdad? No sabías lo que podrías encontrarte, y temías que acabases drogándote, moviéndote con mala gente o Dios sabe qué. Volviste a retraerte, especialmente tras el varapalo de perder a tu mejor amigo de una manera tan seca y crucial. Y, reconozcámoslo; nunca volviste a ser el mismo. Como tú bien sueles decir, tú antes eras listo. Antes. Pero ya no recuerdas cómo se hacía.
Sin embargo, al final no fue un sitio tan malo, ¿verdad? Allí conociste amigos y a otro de tus mentores intelectuales, el nunca suficientemente ponderado Elías. Fue una estancia bastante agradable. Incluso formaste parte del consejo escolar durante un par de años, y la única razón por la que ya no estás en él es porque, en pocas palabras, ya no existe. Y, eh, ¡comenzó tu vida como otaku! Eras y eres el único otaku que conoces en tu instituto, pero al menos tuviste el valor de confesarlo desde el primer momento, a pesar de las burlas que ya preveías.
De todos modos, ser un raro, un friki, o lo que quisieran llamarte, te ha reportado más satisfacciones que disgustos, si es que ha habido alguno. Has conocido a gente increíble gracias a esta afición, aunque algunos ya hayan desaparecido de tu panorama por una u otra razón. Moni, Devon, Blareot, Ruper, Pé, Xtinx, o toda la pandilla de ESPAL en general; Parri, Ricc, Selene, Glac, Hina, Miyu, que podrían reducirse al grupo “fandom de Inazuma Eleven”; y gente que no entra en ningún grupo concreto, como Nick, Bill, Mery, Fer, Juan o FJ. Todos son geniales; conserva su amistad.
Y, ya que sale el tema, deberíamos hacer un alto para hablar de Inazuma Eleven, ¿no crees? Discretamente, casi sin darte cuenta, empezaste a entrar en este mundillo tan grande. ¿Cómo empezaste? Supongo que con aquel dibujo de Mark Evans que hiciste hace años. Luego sabrías que se llamaba Mamoru Endou, pero ésos eran ya temas que no te interesaban. Y, ahora, mírate: dibujos a mansalva, roleplay, fics, gente asombrosa… Podrás decir muchas cosas, pero lo que es innegable es que ese cabeza de balón al que conociste un sábado en FDF te ha dado muchísimas alegrías en estos años.
Pero no todo han sido alegrías, y eso lo sabes perfectamente. ¿Cuántas veces has llorado en la soledad de tu cuarto, cubierto por las sábanas, buscando un solo aspecto de ti que no fuese totalmente asqueroso, lamentándote por cosas que no tenían solución, rememorando tiempos mejores y rogando a tu difunto abuelo que, de estar ahí arriba, te diese fuerzas para seguir tu camino y poder volver a la luz? De nada sirve lamentarse por estar gordo, no tener amigos o haber perdido la facilidad para estudiar; sólo te hará sentirte peor. ¡Levántate y lucha por lo que quieres, maldición!
Ahora estás en segundo de bachillerato. Has sido forzado a abandonar el Ignacio Ellacuría porque se ha fusionado con el Zurbaran y te han mandado allí. Tus compañeros son los mismos, pero el ambiente es diferente. Nuevos profesores, nueva gente. Moros y gitanos por todas partes, como si de una plaga se tratasen. Puede que el entorno influya en que tus notas hayan bajado tantísimo. ¡Has dejado tres, maldita sea! ¿Dónde está aquel chico que consideraba una derrota aplastante sacar menos de un siete y medio? ¿Es que ya no eres capaz de hacerlo? No, no es eso. Escúchame bien.
Tu problema es que no te centras. Tienes la cabeza llena de aire. Eres un vago y no tienes fuerza de voluntad para ponerte a hincar los codos como Dios manda. No sabes ponerte delante de un libro y estudiar durante horas. Pero no basta con admitirlo, tienes que hacer algo al respecto o, sinceramente, estás jodido. Adiós a tu sueño de ser diseñador de videojuegos, grafista, artista conceptual. Adiós a ser traductor, doblador, escritor. Necesitas ir a la universidad, y para ello tienes que esforzarte. Ya queda poco, no te angusties. ¡Da lo mejor de ti mismo, Gabriel! ¡Ánimo!
En fin, creo que no me dejo nada en el tintero que merezca que recalque acerca de tu vida, chaval. Porque tu vida acaba de comenzar. Eres un adulto. Una persona nueva y completa. Te falta madurar, pero eso es algo que da la vida, así que vívela como debe ser vivida. Como bien diría Aitor, tu profesor de química, hay tiempo para todo, así que tómatelo en serio pero con calma. Estudiar y ser inteligente no va en contra de disfrutar, divertirse, socializarse, hacer lo que te gusta. Aprende a equilibrar ocio y trabajo y serás feliz, estoy seguro.
Gabriel Fiallegas Medina, te deseo lo mejor, porque tu mal es el mío. Ahora que me conoces, no dudes en llamarme cada vez que lo necesites; existo por y para ti. Deja que Conciencia te guíe. Yo te ayudaré a encaminar tu vida a partir de ahora y hasta el día en el que mueras. Pero dependo de ti. Si no pones de tu parte, yo no puedo hacer nada. Haz que me sienta orgulloso de ti. Llega allá donde quieras. Y mejora tus habilidades sociales, que no te vendrá nada mal. Aquí me despido, amigo. Mucha suerte. La necesitarás.
Guau... Es... No sé definirlo. Sólo sé que me he sentido identificado con ciertas cosas, y que me ha chocado la dureza con la que las has tratado. Yo no sería capaz de algo así, sinceramente. Es increíble lo que has hecho. Me gustan tus fics, pero esto ya es otro nivel, bastante superior, al menos para mí.
ResponderEliminarJaja... Lo cierto es que me sorprenden mucho vuestros comentarios. Pensé que esto sería demasiado personal como para que le gustase a alguien que no fuese yo en cualquier sentido, pero en fin, me alegra que sea una lectura que se pueda disfrutar. Sólo quería dejar que todo fluyese, dejarlo salir de una vez y para siempre. Lo veía necesario si es que quería dar un paso adelante y hacer frente a mis fantasmas.
EliminarGracias por los halagos. ^^
Whoa... Fue fuerte, algo... Lo he sentido corto para ser tú, pero has dicho mucho. Es raro, siento como si me dijeras "mira lo que te espera" y al mismo tiempo son tantas cosas que ya pasaron. Esta vez no te felicito sólo por como escribes, sino también por haberlo escrito. vaya valentía de poner todo en palabras, y además publicarlo y dejar que la gente lo lea. No te lo digo mucho, pero te admiro. Como roler, escritor, blogger... como persona en general. Ojalá te vaya muy bien como adulto, ¡pero sigue siendo niño en el alma, que es así como te queremos! :3
ResponderEliminarNo es más que una reflexión, mucho más corta de lo que debiera ser en realidad. Yo sé de lo que me hablo, así que unas pocas palabras ya me evocan lo suficiente como para enfrentarme a ello, y hasta se agradece no tener que detallarlo al ser una entrada para que yo reflexione. Publicarlo ha sido una manera de enfrentarme a mis problemas, exponiéndolos y demostrándome a mí mismo que puedo superarlos.
Eliminar...A-admirar es una palabra muy fuerte. ¡Gracias por los ánimos! ^///^
Oh, Gabriel, y otra cosita: No está bien hacer llorar a las chicas con entradas de blogs en internet, es de mala educación obligar a la gente a vomitar sentimientos internamente. Nada, sólo comentaba--
ResponderEliminar¿¡¡¿PERO DE QUÉ VAS?!!? (¿Has visto? hasta he hecho coincidir exclamaciones e interrogantes a ambos lados de la frase, como una pro) ¡¡No me parece bien que me pongas de esta sensiblería a estas horas de un domingo!!
Eres muy crudo, ¿sabes? es difícil que te abran así una ventana a alguien tan... ¿cómo decirlo... sin probemas? me has hecho sentir pequeñita y cobarde, te parecerá bonito D : Porque me recuerdo escribiendo algo así hará unos meses y cómo estuve a punto de publicarlo y cómo cerré la pestaña en el último segundo porque no me atrevía a dejar que nadie más leyese aquello.
Y en fin, qué te voy a decir, eres un imbécil, que lo sepas, haciéndome llorar a estas horas de un domingo ¡Y ENCIMA HUYENDO A ESTUDIAR DESPUÉS! PODRÍAS AL MENOS PASARME UN CLINEX O ALGO, !¿NO TE PARECE?!
...Bueno, me voy antes de que tu blog quede más feo por mi culpa.
Y nada, que los 18 no son para tanto, ya hablaremos de sensiblerías cuando publiques la entrada del blog de los 100.
Clara, Clara, Clarita~, ¿Desde cuándo hago yo cosas que están bien~~~~?
EliminarRealmente he puesto esas sensiblerías en la madrugada del sábado, pero eres una tardona y lo has leído cuando no tocaba.
Ya lo he dicho tres o cuatro veces, pero si lo he publicado ha sido precisamente para no poder dar marcha atrás. Mi reflexión está hecha, y quien quiera leerla, puede hacerlo. No me arrepiento, y éste es mi paso hacia la madurez. Un paso humilde, pero es que no doy para más.
...Pues qué quieres que te diga. Se escribe "kleenex". >:B
A los 100 no escribiré porque estaré muerto.
Ahora si no te mueres a los 100 me aseguraré de que o hagas de un codazo en el plexo solar. Y se escribe como quiera, lo importante es que entiendas el concepto internacional, intergaláctico, interestelar, interdigital, interparietal etecéetecéetecé, con eso me vale.
EliminarY tampoco soy tardona, una Clara no llega ni tarde ni temprano, llega cuando tiene que llegar -y ahí lo dejo-.
*Pat pat* "No me arrepiento, y éste es mi paso hacia la madurez. Un paso humilde, pero es que no doy para más." ya es más de lo que hice yo, chico, Y QUE SEPAS QUE CADA VEZ QUE RESALTAS QUE ME HE EQUIVOCADO ESCRIBIENDO EN INTERNET SE MUERE UNA TRUCHA. UNA TRUCHA BEBÉ. CÓMO TE SIENTES AHORA,¡¿¡¿EH?!?!
T-Tsk.
Madre mía, comentar esta entrada es algo que no me veo capaz de hacer. Me pregunto como demonios he pasado de estar ojeando páginas de backloggery, a estar leyendo semejante obra literaria (tildada de mierda sensiblera por su autor xDD) en lo que en un principio, parecía un blog otaku más.
ResponderEliminarNo se si es porque me he visto reflejado en más de una de las cosas que te escribes, o si es por la madurez que desprende el texto en si (y eso que según tu, aún te falta). El caso es que me ha gustado mucho y he creido conveniente decirlo.
PD: ...Mode reflexión on/// Y el tío ha nacido en el 94.... joder, que viejo me siento ahora mismo O___o. ///mode reflexión off
¿"Obra literaria"? P-por Dios, gracias, pero creo que te has pasado >//.//< (A menos que sea algo malo, en cuyo caso te doy la razón XDDD) Y bueno, es que hablo de lo que me va dando la gana; soy otaku gran parte del tiempo, pero a veces desarrollamos sentimientos entre capítulo y capítulo de Naruto. (?)
EliminarMuchísimas gracias por el halago :''3 Muy poca gente se toma la molestia de decir que algo le gusta aunque así sea, y más en la blogosfera. No lo escribí como algo para demostrar nada a nadie, sino para mí mismo. Son mis penas y metas, las cuales no me avergüenzo de contar. Es todo.
LOL, ¿pero qué hace un hombre hecho y derecho leyendo el blog de un criajo como yo? Anda y ve a tomar café o esas cosas que hacéis los adultos de verdad. (??) Por cierto... ¿te conozco? XDDD
"Hombre hecho y derecho" xDDDDD, que tengo 24 años... aunque claro, en comparación entiendo que me veas tomando café (que por cierto, odio) LOL.
EliminarY no, que yo sepa no nos conocemos, llegué a este blog desde un enlace rss de tu backloggery ( y a este, desde el de Lisbeth... o eso creo).
Yo bebo sólo leche manchada y a regañadientes xDD En fin, pues si no te conozco, encantado de hacerlo. ^u^ Gabriel Fiallegas Medina, más conocido por estos lares como miga, a tu disposición.
EliminarNo tengo edad para ser otaku como vosotrosç,(aunque crecí con meteoro y mazinger z)pero tu si la tienes para ser lo que te dé la gana.
ResponderEliminarÁnimo tu vida es tuya, disfrútala...
Se agradece muchísimo tu apoyo, Esteban, de verdad. Nunca he creído que ser otaku, friki o lo que se les ocurra llamarme sea algo malo o que haya que llevar en secreto o con vergüenza; de hecho, ése es el menor de mis problemas, los cuales, bien mirados, no son nada del otro mundo. Supongo que son bastante canónicos, en realidad, pero de alguna manera hay que soltarlos, que hasta la más pequeña de las astillas puede provocar heridas gravísimas de no ser adecuadamente extirpada o tratada. Ahora lo importante es organizarme bien y, después, disfrutar al máximo del fruto de mi esfuerzo; el cual, por otro lado y conociéndome, será bastante inferior al que realmente necesitaría. Pero en fin.
EliminarClap, clap, clap. Impresionante, creo que hacía años que no leía algo con tanta concentración. Ya desde el principio se veía que iba a ser personal, pero no me esperaba que lo desarrollases así. En serio, es increíble!
ResponderEliminarYo también me he sentido identificado con muchas, muchas cosas. Tal vez demasiadas. En el fondo somos unos pocos locos cortados por el mismo patrón, aunque no nos guste admitirlo. Los "listos", que con los años han ido bajando el nivel por quién sabe qué (el peso de la responsabilidad, creo yo). Los "solitarios", que no terminan de encajar con el resto de la gente de clase. Y si se juntan esas dos condiciones, la cosa acaba con chavales antaño ilusionados dándole a la tecla F5 continuamente para ver si reciben la respuesta a su último comentario en la red social de turno.
Pero bueno, también es como tú dices: habrá un momento en el que nos demos cuenta de que ya no hay nadie que nos diga qué hacer. Nuestros padres pasarán de la obligación al consejo, hasta que dentro de unos cuantos años acabe siendo al revés.
Te desearía suerte, pero creo que es demasiado típico y dudo que sirva para algo. Mejor ánimo, que con tu cabeza a veces es lo que flaquea ;D
Venga, va, por si no te quedas tranquilo, MUCHA SUERTE!! XDDD
(Soy el rey en lo que respecta a contestar rápido. Ámame.)
Eliminar¿Impresionante? Oh, venga ya, me vas a sacar los colores :$ Ya lo he dicho tropecientas veces, pero es más una carta a mí mismo para darme cuenta de mis errores del pasado. Un pequeño resumen de esta joven e insípida vida, pero supongo que he sabido darle... ¿emoción? XD Me alegra que te haya enganchado, al menos.
Muy buena reflexión ésa que has escrito ahí. No sé si es un texto con el que mucha gente pueda sentirse identificado, pero sí que me ha parecido bastante, digamos, canónico, al menos a la hora de escribirlo. Me he sentido como el prota de una telenovela, para bien o para mal XD Ya lo de las redes sociales depende del individuo, pero coincido en que comienza a convertirse en un factor bastante común.
Todos hemos de crecer, aunque muchos no quieran admitirlo. Éste ha sido mi pequeño intento de madurar, pasar página pero no cerrar el libro. Trato de solucionar los problemas aquí mencionados; de momento, ya le he confesado a mi amigo que no sé lo que hubiera hecho sin él, aunque me puse extremadamente nervioso. Imagínate cómo estaré ante la chica... XD
Se agradecen los deseos, pero no me considero alguien especialmente inteligente, ni profundo, ni nada de eso. Soy otro loco más que habita las aguas de este basto mar que es el mundo. Pero en fin, espero que las esperanzas que pones en mí den su fruto a la larga. XDDD
¡Gracias por pasarse por este humilde blog, Señor Quesito! :3
"Zurbaran", ¿Eh? Sospechoso... Así se llamaba el instituto de Física o Química.
ResponderEliminarEspero que te des cuenta de que la gilipollez anterior fue necesaria; necesaria para empezar un comentario. Tras haber leído esto, no quiero abandonar la entrada sin dejar mi huella.
¿Cómo decirlo? Es uno de esos mensajes, textos, escritos, que animan a seguir leyéndolo porque enganchan. No por el juego de palabras, que también le da muchos puntos, sino por las palabras. No sé cómo explicarme. Hace que uno se emocione. ¿Sabes? Me parece precioso.
Precioso porque has sido sincero contigo mismo.
Yo no siquiera puedo serlo realmente. Tal vez aún no asimilo la realidad tal y como es, y no quiero verla todavía.
Pero no estoy aquí para hablar de mí, sino para decirte que probablemente tardaré mucho tiempo en leer algo que conserve tanto sentimiento como esto.
Es especial. Ya no sé ni cómo describirlo.
Pero no me culpes, son las 04:47.
En mi instituto hay más canis y gitanos que en el de FoQ. Gano yo.
EliminarVale, pongámonos serios. Me puede el instinto literario. Me gusta trabajar los textos y, en la medida de lo posible, y sean del tipo que sean, dejarlos bonitos. Me jode que algo que escribo sea pesado de leer, no sé. Y, teniendo en cuenta que es una carta a mí mismo, si me aburro leyéndola, voy listo. No sé cómo de precioso será para alguien ajeno, pero me despertó muchos sentimientos dormidos. Quizás sea muy subjetivo.
La realidad no tiene forma exacta; cada uno es libre de comprenderla como quiera y pueda. No pienses que no la comprendes bien, piensa que no has encontrado tu manera de comprenderla. Ahí nace el subjetivismo, ahí es cuando puedes comenzar a entenderte a ti mismo.
Para ser tan joven, te considero una gran escritora. Sabes darle un toque a los escritos que muchos de mi edad no pueden llegar a imaginar siquiera; en ese aspecto, te admiro mucho. El sentimiento no tiene por qué ser algo personal, sino que reside en el amor con el que se hace algo. Cualquier cosa que escribas con ganas tendrá tanto sentimiento como el texto más personal del mundo.
Gracias por pensar así, pero para que mi historia fuese especial, yo tendría que ser especial, y no es así. Soy otro más en el mundo, con problemas normales y vida normal. No soy nada del otro mundo. Quizás por eso la gente se sienta tan identificada.
Deberías dormir en vez de leer estas cosas. No quiero que andes falta de sueño por mi culpa, bonita.