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2015/04/08

Sueños de gloria - Final Fantasy Tactics Advance

Últimamente, me han hecho la misma pregunta una y otra vez: “¿Sobre qué escribes en tu blog?” Sí, es cierto que quien me ha hecho la pregunta ha sido siempre la misma persona, pero, sea como sea, la ha repetido infinidad de veces. La respuesta más obvia hubiera sido que no escribo en mi blog, pero, en su lugar, siempre he contestado a esa pregunta con la misma respuesta: “Escribo sobre mí, porque no hay tema más interesante que ése”.
Al margen de lo descaradamente que haya mentido en la segunda parte de mi respuesta, la primera parte es absolutamente cierta: no dejo pasar una sola entrada de este blog sin hablar de mí mismo de un modo u otro. De hecho, me tienta responder a la pregunta anterior con un “escribo sobre mí porque es mi blog y me lo tiro como quiero”, pero no procede hablarle así a un profesor. No mientras siga siendo mi profesor, al menos.
Siempre he escrito para mí mismo. Empecé este blog para tener dónde contar lo que no podía contar en ningún otro sitio, para desarrollar un cierto ojo crítico y, en cierta medida, para practicar el bello arte de la escritura. Y, por tanto, no me gusta hacer entradas que no tengan nada que ver conmigo. Si los periódicos pueden ser partidistas y escribir de una manera u otra dependiendo del partido político al que estén afiliados, ¿por qué no voy a escribir yo de una manera concreta en un medio que no le pertenece a nadie más que a mí —y a Blogger, supongo—?
Siguiendo esta lógica, y dejándole claro a mi profesor que no pretendo que nadie me encuentre cuando haga búsquedas en Google —I'm sorry, Joseba—, espero que sea comprensible el que quiera hablar de algo que tiene un gran significado para mí para celebrar mi regreso a las áridas tierras de Soul Swallow.
Si a alguien alguna vez se le ha ocurrido preguntarme cuál es mi videoconsola favorita, y asumimos que no ha ocurrido durante un momento de enajenación mental aguda, habré contestado sin dudarlo que es la Game Boy Advance. La portátil de 32 bits de Nintendo tiene un significado muy especial para mí, y se me cae la baba con sólo pensar en todo lo que he jugado y lo que aún me queda por jugar en ella —o en una Nintendo DS con ranura para GBA, vaya—. La Game Boy Advance fue la primera consola portátil que yo estrené, que yo mismo saqué de su caja, y me ha dado algunos de los mejores momentos de mi vida en lo que a videojuegos respecta. Puede que los gráficos sean mil veces mejores hoy en día; puede que haya habido consolas con juegos e historias mucho mejores; puede que la Game Boy Advance esté en ese punto muerto entre lo retro y lo moderno y no quede en la memoria de nadie salvo por los juegos de Pokémon, pero todo eso a mí me da igual. Como ya he dicho, yo escribo sobre mí, sobre cómo siento yo las cosas, y ninguna consola puede compararse a la Game Boy Advance dentro de los muros de mi cabeza.
Tengo muchas razones para sentirme así. La satisfacción de darles una paliza a tus amigos dentro de sus bases secretas en Pokémon Rubí, Zafiro y Esmeralda es difícil de olvidar. El haberme pasado un día entero jugando a Zelda: A Link To The Past y Metroid Fusion con un chico al que no conocía de nada no tiene precio. Me entra la risa cuando recuerdo la cara que puso uno de mis amigos cuando le dije que podíamos jugar juntos a Rayman 3 aunque él no tuviese un cartucho. Buscar juegos de GBA cuando la Nintendo DS comenzaba a apoderarse de todas las tiendas se convirtió en una experiencia realmente divertida y emocionante, porque nunca sabía qué llegaría a encontrarme. Me aferro mucho al recuerdo de haber descubierto Golden Sun gracias a uno de mis mejores amigos de la infancia, ya que fue algo que compartimos en solitario durante mucho tiempo, y todavía hoy me acuerdo de él cada vez que veo algo relacionado con la saga.
De hecho, del mismo modo que él me enseñó las bondades de Golden Sun, yo le enseñé a él uno de los juegos que guardo más cerca de mi corazón, y que es, probablemente, la razón principal de este amor incondicional que siento hacia la consola que lo porta. Un juego que me ha acompañado durante la friolera de once años, y el cual he conseguido terminar, por fin, hace apenas dos semanas; un día antes de mi cumpleaños, de hecho. Un juego que, hoy, me gustaría acercar a todas las personas que tengan el detalle de leer lo que escribo, porque pocas cosas en este blog lo merecen más.
Os presento uno de los candidatos a ser mi juego favorito de todos los tiempos. Bienvenidos a la magia. Bienvenidos a Final Fantasy Tactics Advance.
...Prometo intentar ser objetivo.
Caja europea de Final Fantasy Tactics Advance.