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2012/07/27

La famiglia


Lo único que viene a mi cabeza cada vez que leo el título que le he puesto a esta entrada es el característico “Ciaossu!” de Reborn, el maestro mafioso de Tsuna en el popular manga Katekyou Hitman REBORN!. Pero no es para menos. Al más puro estilo de la serie, de un día para otro —obviando las esperas— y sin concebir en absoluto que pudiera suceder, me he visto envuelto en esta interesante famiglia conocida como “Osu! Nippon”.


Es curioso cómo suceden ciertas cosas, cómo unos hechos desembocan en otros y acabas dentro de algo que supera todas tus expectativas iniciales. Supongo que todo comenzó aquí, en Soul Swallow, aquel 12 de enero en el que decidí abrir un blog y comenzar a escribir periódicamente en él. No porque esperase muchas visitas, ni porque quisiera ser un escritor reconocido; de hecho, no esperaba absolutamente nada de todo esto. Lo único que buscaba era mejorar como escritor, aprender a redactar a mi ritmo, ser algo más crítico y encontrar mi propia manera de explicarme y expresarme. Creo que, poco a poco, voy cumpliendo mis objetivos, aunque, claro, yo soy el menos indicado para juzgar mi propia mejora. De aquí, y ayudado por mi fiel amigo Enrique (@Ricc_Chan), pasé a los fanfics, con los que buscaba trabajar la narración y potenciar un poco mi oxidada imaginación. A día de hoy, sigo sin ser un blogstar o como sea que se le llame, ni soy un escritor de fics mundialmente reconocido, ni medianamente bueno siquiera en esto de redactar, pero he encontrado gente que aprecia mi estilo y, según parece, disfruta leyéndome. Y les agradezco enormemente su apoyo.

Uno de esos locos que se atreven a leer esto a lo que yo llamo blog es la genial Alegría (@Kisacullen). No es sólo una gran y respetada escritora con blog propio; es, además, una de las fundadoras de un pequeño pero ambicioso proyecto llamado “Last Impacto”, que, a medida que fue creciendo y evolucionando se acabó convirtiendo en “Osu! Nippon”. Osu! es un blog dedicado a Japón y a todo lo que le hace referencia: no sólo se tratan los ya tan manidos temas de los animes, mangas y videojuegos, sino que se publican noticias, reportajes sobre los diferentes festivales y eventos con relación a Jaoón o a su cultura, rankings y muchas más cosas que, de mencionarlas todas, constituirían una entrada de blog por ellas mismas. En muy poco tiempo, Osu! se ha vuelto muy popular y ha obtenido muchísimos seguidores. ¿El secreto? La increíble dedicación de sus integrantes, que trabajan duramente para traer las noticias lo más rápido posible y, en muchos casos, dar exclusivas. Los miembros de Osu! no cobran por su trabajo: informan por simple amor a Japón, sin pedir nada a cambio. Son como una piña, una máquina bien engrasada que trabaja utilizando “el deseo de animar su hobby” como único combustible. El problema es que el éxito, en muchas ocasiones, desborda, y, como humanos que son, llega un momento en el que, por unas razones u otras, ellos no pueden con todo. Y es ahí donde entra un servidor.

No, no es que me las esté dando de héroe salvador, ni muchísimo menos. El asunto se remonta a hace un par de meses, cuando volví a enterarme de que Alegría formaba parte de “Osu! Nippon” —cabe destacar que soy de memoria frágil y que lo había olvidado por completo—. Bromeando, le propuse echarles una mano si alguna vez necesitaban nuevo personal, pero, por supuesto, no hablaba en serio: nunca consideré que mis cualidades como escritor fuesen suficientes como para tomar parte en un proyecto de tal calibre, por no hablar de que consideraba a “Osu! Nippon” una web hecha y administrada únicamente entre amigos, con unos miembros fijos y muy específicos; en otras palabras, inaccesible en todos los sentidos. Imaginaos, entonces, la sorpresa que me llevé cuando Alegría me recordó aquella loca proposición que le hice meses atrás y me preguntó si aún seguía en pie.

No me salían las palabras, y eso que ni siquiera hablaba con ella a viva voz, sino que me lo comentó por Twitter. Nervioso, le dije que me encantaría echar un cable, por supuesto, y ella me respondió que, como formalidad, tendría que hacer una pequeña prueba de acceso. Puede que fuese sólo una “formalidad”, pero yo estaba hecho un flan: quizás porque coincidió con la dichosa selectividad, quizás porque la simple idea de tener que demostrar mi valía en cualquier tipo de terreno hace que me vaya, si me permitís la expresión, por la pata abajo. Les pedí por favor que me dejasen hacerlo tras esos condenados exámenes de acceso a la universidad, ya que antes iba a estar demasiado destrozado mentalmente como para hacer un trabajo mínimamente decente. Aun con todo, yo, que soy así de heavy (o estúpido), me puse a ello el sábado 7 de julio, un día después de acabar los exámenes.

Comprobé de nuevo el DM que Alegría me mandó. El objetivo era traducir y contar a mi manera una noticia acerca de Yu-Gi-Oh! Zexal. Leí con detenimiento, me informé acerca del anime y el manga y, en la medida de lo posible, traté de añadir información adicional a la entrada para hacerla más completa, informativa y atractiva. La comprobé cinco o seis veces y, en cuanto reuní el valor, guardé el documento y se lo mandé a Alegría por correo. También le dejé a mi querida amiga Mery  (@Meeryjein) que lo leyese, quien me reiteró varias veces que, si ella fuese la encargada de Osu!, me “contrataría” sin dudarlo. El juicio de Alegría fue también positivo, pero dijo que había cosas que pulir. La inocente afirmación aumentó mi miedo de golpe, y es que lo peor estaba aún por llegar. Aún tenía que darme el visto bueno una última persona.

Kross (@Kross_GX). Sam. El jefazo. El auténtico cabecilla de “Osu! Nippon” y creador del proyecto. Yo había tenido el honor y el placer de hablar con él antes por Twitter, pero no le conocía demasiado, la verdad. Para mí, Sam estaba al mismo nivel que Batto o cualquiera de los redactores de Ramen Para Dos, por ejemplo; una de esas personas que, a pesar de que te sigan en Twitter, no tengan inconveniente en responderte y que incluso inicien la conversación contigo de cuando en cuando, quedan, de alguna manera, a otro nivel. Son gente humilde, amable y muy social, pero uno no puede evitar sentirse pequeño al encontrarse con que ellos, mediante esfuerzo y dedicación, han conseguido algo increíble simplemente haciendo lo que les gusta. Y, ahora, uno de ellos iba a juzgar mi trabajo, valorarlo y hacer una crítica con respecto a él.

Cada vez que hacía clic en el icono del correo de mi explorador, sudores fríos recorrían mi espalda. Cuando veía que había algún mensaje nuevo, sentía que el corazón me iba a estallar, pensando que podría ser Sam con su respuesta. Pero los días pasaban y no había rastro de él en mi bandeja de entrada. «Se acabó», pensé. «No les ha convencido y me han hecho un ya te llamaremos en toda regla». Por suerte, y por el bien de mi salud mental, Alegría, tan agradable como siempre —qué nombre tan perfecto le pusieron sus padres, Dios mío de mi vida—, me lo desmintió: el problema radicaba en que Sam había estado hasta arriba de trabajo y no había tenido tiempo material para leer mi artículo y valorarlo, pero ella se tomó la molestia de ir a meterle el dedo en el ojo al jefe y “animarle” a que me hiciese caso de una vez (xD). Así, al poco tiempo, recibí un mensaje del propio Kross. Y, nada más verlo ahí, esperándome, y a pesar de mis nervios, suspiré tranquilo. Lo abrí y lo leí despacio.

El mensaje decía así (clic para ampliar):


Como podréis imaginar, servidor de ustedes daba palmas con las orejas. El mensaje llegó el 18 de julio, como veréis. Tras hablarlo con él y recibir la información necesaria, pasé a ser oficialmente un miembro de ese gran equipo conocido como “Osu! Nippon”.

Lo primero que me encontré en Osu! fueron presentaciones, muchísimas presentaciones. Sam y Alegría se volvieron a presentar, por supuesto, y conocí además a (casi) todo el staff restante: San, Brook, Ka-chan, Mario, Ireko, Soun, Hisuin y Kuro. Todos simpatiquísimos, por supuesto, y todos me recibieron con los brazos abiertos en su peculiar famiglia mafiosa. Era un auténtico sueño; un sueño que, a pesar de todo, ni siquiera había comenzado aún. Lo realmente importante aún estaba por llegar.

“Osu! Nippon” tiene una calidad visual y un apartado técnico increíbles —diseño atractivo, Wiki propia... ¿qué más queréis? …No, no os vamos a regalar dinero por leer la web—, pero si hay algo imprescindible en cualquier página de información y noticias es que sus redactores muestren su pericia al teclado. Yo, como todos los demás miembros del grupo, debería, por lo tanto, dar lo mejor de mí mismo y llegar al súmmum de mis capacidades como escritor para no decepcionar a mis compañeros y dejar a mis noticias, además, en el mejor lugar posible. Y, para ello, me vi en la necesidad de cambiar mi estilo, el cual me ha acompañado durante más de un año y ha ido evolucionando al mismo tiempo que lo ha hecho este blog —que tiene la misma pinta que el primer día, pero eso no viene al caso (xD)—.

Lo primero era elegir una noticia de la lista. Casi al azar y sin pensármelo mucho, opté por hablar de la futura Comic-Con Spain que se celebrará en Jerez de la Frontera. Escribí la noticia y la revisé. Todo estaba correcto, todo sonaba bien, pero no parecía mía. Estaba vacía, le faltaba el espíritu que suelo imprimir a todo lo que escribo o hago en general. Como diría el bueno de Karl Marx, aquello que acababa de escribir, mi trabajo, me resultaba distante y ajeno, como si no fuese algo que yo había hecho. Alienación pura y dura, vaya. Y siento decir que eso es algo que no puedo consentir.

Rompí con la estúpida idea de escribir de otro modo y arreglé la entrada a mi manera. Introducción, mi propia manera de expresarme y todas esas cosas que sólo me interesan a mí y en las que nadie más se fija. No sé si la mejoré o la emporé, pero conseguí lo que pretendía: hacerla finalmente mía. Decidí dejar que los correctores de la web se encargasen de hacer los arreglos pertinentes y que me echasen la bronca si había hecho algo mal. Todo puede solventarse, pero no estaba dispuesto a perder mi alma como escritor sólo por hacer la noticia más “comercial”. Supongo que eso me convierte en hipster, aunque sigo sin comprender qué demonios significa exactamente.

Alegría, siempre dispuesta a echar un cable, me ayudó encantada a presentar mi trabajo. Me indicó cómo subirlo y postearlo para que los correctores, ella incluida, lo comprobasen y programasen la entrada para ser publicada cuando fuese necesario. Me indicó, además, algún detalle extra acerca del sistema de Wordpress, lo cual siempre se agradece. Sus consejos, correcciones  y matizaciones dejaron mi primera entrada en “Osu! Nippon” lista para ser publicada y enseñada al mundo.

Estaba emocionadísimo. En cuanto llegó la hora de ser publicada, me metí corriendo en la web y me paré a admirarla. Allí estaba. Sublime, preciosa… o mía, al menos. Por supuesto, como adicto a Twitter que soy, lo primero que hice fue enseñársela al mundo; entre otras cosas, porque el colega Char (@Kvothe17) es bastante rencoroso y me hubiera cascado si no le hubiera enseñado mi primera entrada en la web. Lo siguiente que ocurrió, si mi memoria no me falla, fue la repentina felicitación de Alegría. No sólo porque consideraba que me había quedado bien la entrada, sino por mi ambición y arrojo: según ella, atreverse con una noticia así nada más empezar no era moco de pavo. Si os soy sincero, ni siquiera me paré a pensar en ello cuando la cogí, pero me alegró mucho el halago: lo necesitaba para recobrar un poco de autoestima. La verdad es que hacer aquella primera entrada me había agotado; es lo que tiene temblar como una hoja mientras tecleas. Decidí esperar y seguir con otra al día siguiente.

Ya descansado y más calmado, volví a abrir el archivo de noticias y me dispuse a elegir otra. Hubo una en concreto que me llamaba con seductores cantos de sirena: una pequeña noticia acerca de la Torre de Tokio. La torre, como ya dije en aquella entrada, guarda cierto encanto para todos los que disfrutamos con el animanga o nos interesamos por Japón en general, así que me apresuré en pedírsela a Sam, quien me la dio gustoso. Así, con el viento afín que era poder escribir sobre un tema que realmente me interesaba y saliéndome un poco de la humildad, diré que creo que hice un trabajo bastante bueno. Y, de hecho, Sam, que sabe muy bien cómo motivar a sus esclavos redactores, me felicitó por mis dos primeras entradas y me dijo que tenía un estilo interesante y que le gustaba bastante. Sinceramente, es el mejor piropo que me han dicho en muchísimo tiempo. …No, no recibo demasiados. Pero eso ya lo suponíais.

Los días han pasado. Ya he hecho unas cuantas entradas más —casi todas acerca de famosos; de aquí a Sálvame, os lo digo yo (orz’’)— y, paso a paso, me voy afianzando como escritor de Osu!, o eso espero, al menos. Mi estilo, por suerte, ha podido mantenerse intacto, y, aunque no todo es perfecto —hay días en los que uno no está demasiado inspirado—, creo que estoy haciendo un trabajo más que decente. Siento no ser un trabajador constante y súper productivo, pero he de decir que creo que he aumentado mi ritmo considerablemente en muy poco tiempo. Ahora sólo queda ver pasar el tiempo. Espero de corazón poder seguir siendo parte de esta particular famiglia durante mucho tiempo, ya que veo que no puede traerme más que inmensas alegrías, experiencia como trabajador y amigos increíbles. Voy cogiendo confianza y cada vez me encuentro más a gusto trabajando con esta gente. Mi único temor ahora es no ser capaz de cumplir sus expectativas de trabajo, y es que sigo siendo bastante lento escribiendo, a pesar de todo. Pero luchar en contra de la adversidad y superar los límites de uno mismo forma parte del desarrollo de una persona, y de verdad espero que esta experiencia me ayude a desarrollarme y a convertirme en un mejor ser humano en general.

Chicos, compañeros, nakamas míos, gracias. Muchísimas gracias por haberme aceptado y por todo vuestro apoyo. Nunca llegaré a ser tan genial como vosotros, pero espero poder encontrar mi propio hueco en este grupo tan asombroso y poder ser un miembro más, como si llevase toda la vida con vosotros. No será fácil y requerirá mucho trabajo, pero es el reto que me he propuesto. Daré lo mejor de mí mismo por ser útil y no decepcionaros. Y, quién sabe, ¡puede que podamos desvirtualizarnos algún día! Para mí, desde luego, sería todo un placer.

Gracias por esta oportunidad.

Ahora, ¡spam! Aquí os dejo todas las entradas que he hecho hasta ahora en orden, para que les echéis un vistazo si os apetece: podréis leerlas con sólo hacer clic. ¡Feliz lectura! (:D)

5 comentarios:

  1. Miga, me vas a sacar los colores, que me pones demasiado bien >//////< Ya sabes que siempre confié en ti y que te decía que te preocupabas en exceso xDDD Y que aquí tu Osu-compañera, y ante todo, amiga, está para lo que necesites ^^

    Y como siempre, gran entrada :D

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    1. Eh, yo te pongo como mereces owo Te agradezco mucho el apoyo, de verdad, pero el nerviosismo lo llevo dentro de fábrica xDD Lo sé, lo sé, y es genial saberlo ^^ ¡Aún te debo un abrazo!

      S'agradece el cumplido :3

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  2. Marvelous. You're marvelous, Miga (Y YO NO SOY RENCOROSO, BLOGGER TRAIDOR). Y me he leido todas tus entradas (Sí, ahora te stalkeo. Vive con ello [?])

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    1. I'M FABULOUS, BITCH, DEAL WITH IT. (CÓMO QUE NO ERES RENCOROSO, SI DESDE QUE TE DIJE QUE NUESTRO AMOR ERA IMPOSIBLE HAS DEJADO DE ACOSARME POR SMS.) Eso me alegra, la verdad; es chachi saber que le leen a uno *^* (Ya lo hacías antes, menuda novedad.)

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  3. Osu-familia, Osu-lectores... Es un prefijo fantástico y aplicable a todos los sectores xDDD Eh, ¡pues que conste que cuando me presenté dije que era de Bilbao! La prueba está en la redacción >w< Yo la verdad es que no sé de dónde sois varios de vosotros; tendré que preguntar. Pero me alegra ser tu primer vasco xD

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